GUIA PARA NO PERDERSE EN EL PLANO DE PEREZ DE ROZAS

imagen plano Pérez de Rozas

Versión del plano de Pérez de Rozas que se ha difundido hasta hoy.

El llamado “Pérez de Rozas” entre investigadores y urbanistas, no es solo un plano sino un amplio conjunto cartográfico levantado a partir de un detallado trabajo de topografía dirigido por don Joaquín Pérez de Rozas, un militar que había solicitado la baja temporal del Ejército para dedicarse al levantamiento de planos urbanos.

Aunque está fechado en 1864, el trabajo se entregó personalmente por su autor el día 5 de Febrero de 1866 en un acto solemne celebrado en el Ayuntamiento con toda la pompa de la época y en el que los técnicos y concejales pudieron comprobar la notable precisión del plano, aunque los márgenes de error que se citan en las Actas parecen difíciles de creer dado los medios y tecnología de la época; en cualquier caso este es la primera cartografía de la ciudad trazada científicamente y por tanto fiable.

Pero antes de entrar en detalle hay que advertir, con las debidas reservas, que hasta hoy lo que se ha difundido a través de varias publicaciones como “Plano de Pérez de Rozas” son copias de una versión a escala 1/5000 de la que consta en la documentación que el autor entregó al Ayuntamiento 500 ejemplares grabados y la piedra litográfica cuyo paradero hace tiempo que se desconoce.

Imagen digital de la hoya 7

Imagen digital de la hoja 7 cuyo tamaño original era de 95 por 65 centímetros incluyendo los márgenes que hoy muestran roturas, desgastes y deformaciones que en algunas hojas son preocupantes.
Se reconoce la muralla de la Hoya, parte de la Puerta de Purchena, calles Murcia y Granada y llama la atención el Campo de Regocijos, Quemadero y Huerto de Jaruga deshabitados.

Sin embargo el presente trabajo es el primero en publicar el plano en sí que no es otro que el compuesto por 16 hojas de 90 por 60 centímetros más los márgenes de 2,5 centímetros, comprendiendo la ciudad de Almería a escala 1/1.000, mas una hoja para La Cañada a esa misma escala y signada con el numero 17.

Obviando márgenes el plano mide 3,60 metros de ancho por 2,40 de alto, sin incluir la hoja de La Cañada.

Al problema que supone digitalizar láminas de ese tamaño, hay que sumar las precauciones que requiere el manejo de documentos únicos con más de 150 años de antigüedad, en gran parte de los cuales solo se consideró “material en uso” de la oficina del Arquitecto Municipal, lo que produjo un gran desgaste incluidas manchas, dibujos y anotaciones que requerían atención.

La digitalización que en este trabajo intentamos divulgar de una forma lejana a la rigidez académica, se ha realizado dentro de un convenio de colaboración entre la Asociación de Amigos de la Alcazaba y el Ayuntamiento de Almería, pero sobre todo por el esfuerzo y el entusiasmo altruista de unos pocos que han hecho mucho.

UN PLANO PARA EL DISEÑO DE LA CIUDAD BURGUESA

Facsímil de folio del expediente 665.12

Facsímil de un folio del expediente 665.12

En el siglo XVIII el racionalismo como método se difunde entre los burgueses, parte del clero y minorías de la nobleza más crítica que empiezan a poner en duda el poder absoluto de los monarcas y el control religioso sobre el individuo. Es la llamada “Ilustración” que siembra los principios que desde finales del XVIII y hasta mediados del XIX se desarrollarán a través de una serie de revoluciones que desde la política a la tecnología, la producción agrícola a los medios de transporte definirán los fundamentos de nuestra actual civilización hegemónica, la europea.

Las revoluciones agrícola, industrial, de los transportes, artística…se superponen entre sí con evidentes relaciones de causa-efecto a lo largo de un agitado proceso donde los actores principales serán siempre los burgueses ilustrados, las clases medias urbanas cuyo compromiso con estos movimientos es tal que el tenso y complicado proceso político y social que evidencia el fin del “Viejo Régimen”, es conocido en la Historia como la “Revolución Burguesa”.

Por supuesto que las ciudades, el hábitat específico de la burguesía, serán objeto de las más intensas, profundas y aceleradas transformaciones que harán desaparecer la vieja y sucia ciudad medieval y conventual (aunque a veces hasta extremos dramáticos, como el caso de las Atarazanas almerienses).

La Revolución Urbana es causa y a la vez efecto, entre otros factores, del aumento de la población en las ciudades que en solo unas décadas multiplican sus habitantes recibiendo el flujo constante de la inmigración masiva de campesinos atraídos por la necesidad de mano de obra en las nuevas fábricas. La otra cara del fenómeno será la despoblación del campo.

En el caso de Almería se pasa de los 17.000 habitantes en 1842 a los 40.000 en 1872, o sea que en 30 años se sobrepasa con creces la duplicación. Lógicamente la avispada burguesía no va a perder la doble oportunidad que este fenómeno, hasta entonces desconocido, les ofrece en bandeja: por un lado es la ocasión propicia para sustituir la incómoda y poco higiénica ciudad conventual (dominada por los edificios y símbolos de su enemiga la Iglesia) por una ciudad más racional donde “el ornato y la ilustración” sean patentes; por otro lado la construcción de la nueva ciudad será motivo de grandes negocios y muy lucrativas ganancias.

Parcerisa de 1984 desde el Baluarte de Santo Domingo

Esta imagen tomada por Parcerisa en 1840 desde el Baluarte de Santo Domingo, incluye todos los elementos de la ciudad conventual antes de la transformación burguesa: los templos y fortificaciones como condicionantes del urbanismo, los huertos conventuales intramuros (aquí la “Placeta de los Frailes”, tras la Virgen del Mar y el convento que hoy es la Escuela de Arte que queda fuera de imagen casi al borde izquierdo). La muralla desde la que se hizo el dibujo dejó el solar de la actual Plaza Marques de Heredia.

Por eso entre las primeras medidas que siempre adopta la burguesía triunfante, está la desamortización de conventos cuyas grandes huertas intramuros proporcionaran los primeros solares en los que construir ensanches de anchas y rectas calles con hermosos edificios más racionales sin duda que los de la era anterior. Ejemplos de estos ensanches en Almería son el regido por la calle San Francisco en el antiguo huerto de los Franciscanos, cuya iglesia era la actual de San Pedro, y el que rige las calles Gerona y Álvarez de Castro en el solar de la que fue huerta de los Trinitarios.

La otra gran actuación urbanística de la burguesía fue el derribo de las murallas que a mediados del XIX ya eran obsoletas, costosas de mantener y contrarias al concepto de “ornato e higiene” liberal (curiosamente el último uso de la muralla almeriense fue en 1824 frustrando el la entrada en la ciudad de los revolucionarios liberales conocidos como “los Coloraos”).

Aunque ya se habían derribado algunos tramos ruinosos, y siempre con la mas o menos crispada oposición del Ejercito, el permiso para el definitivo derribo de la cerca lo concedió la Reina Isabel II en 1855, pese a lo cual volvieron a producirse desacuerdos, procesos judiciales y tensión entre burgueses y militares como ocurrió en el caso del Fuerte de San Luis convertido en paseo arbolado.

Foto de Rodrigo de Lorca

Foto de Rodrigo de Lorca conservada en el Fondo Cultural Espin de su ciudad. Se distingue parte de la muralla y la Atarazana aún en pié. La imagen se tomó entre 1865 y 1868 con toda seguridad.

La conversión en paseos del solar dejado por las murallas es algo común en casi todas las ciudades; en los casos más completos las avenidas sustituyen todo el circuito original de la cerca rodeando el centro urbano tal los “boulevares” franceses, los “rings” alemanes y las “rondas” españolas, pero en Almería este tipo de cerco completo no se da.

Aquí el bulevar que es el Paseo solo ocupó el solar de un tramo de murallas entre los baluartes de Santiago y de San Francisco, hoy la Puerta de Purchena y la Plaza del Educador; a partir de aquí se optó muy acertadamente por prolongar el Paseo en línea recta y que en el solar de la muralla de la Puerta del Sol y el Baluarte de Santo Domingo se abriesen otras calles que hoy son Conde Ofalia, Marqués de Heredia y Pablo Cazard.

Pero conforme la burguesía comienza a intervenir en el diseño de la ciudad, se inicia la demanda de mapas y planos fiables que en principio va resolviendo cada ciudad con sus propias posibilidades; en Almería es Juan de Mata Prats, militar, arquitecto y dibujante, el que traza un par de bellos planos, uno de ellos “arqueológico” en el que reconstruye con más o menos acierto tramos de cerca y estructuras que ya entonces habían desaparecido.

A mediados de siglo es el Gobierno el que se suma a los demandantes de cartografía ya que precisa de instrumentos fiables para el cálculo de tributos. Sí en la ciudad conventual era solo la Iglesia la que atendía hospitales, escuelas, asilos y hasta universidades; a partir de la Revolución Burguesa es el Estado el que asume dichas funciones que lógicamente se mantienen con los impuestos como antes la Iglesia mantenía con diezmos, primicias y donaciones pías. Pero el Estado burgués no puede confiar los tributos a una obligación religiosa o “temor de Dios” sino a cálculos fiables que precisan catastros fiables basados en planos fiables.

Almería cartografiada por Pérez de Rozas

La Almería cartografiada por Pérez de Rozas (zonas oscuras) rodeada de campos que alcanzaba hasta lo que hoy es el centro de la ciudad. Observe la línea de costa que alcanzaba hasta el Parque actual.

En un principio el Gobierno confía el levantamiento de planos al Ejército y es un militar ilustrado, Francisco Coello, creador de la Junta General de Estadística del Reino que será el primer servicio geográfico nacional, el que levante un mapas provinciales y locales ya fiables, entre ellos los urbanos de Almería, Adra, Berja, Canjayar, Cuevas, Gergal, Huercal Overa, Purchena, Sorbas, Vélez Rubio y Vera.

Pero aunque de notable precisión, estos planos característicos de mediados del XIX no son suficientemente exactos para servir de base cartográfica a la vertiginosa revolución urbana que comienza justamente entonces y además era preciso establecer unos patrones cartográficos comunes, por lo que el Gobierno publica la Instrucción de 18 de Diciembre de 1859 en la que además ordena que los ayuntamientos levanten a sus expensas los planos precisos.

En ese contexto el Ayuntamiento almeriense evalúa en octubre de 1863 dos ofertas para la confección del plano de la ciudad. Todo el proceso, detallado con la pomposa terminología al uso con referencias constantes al “ornato y la ilustración”, se conserva en el Archivo Municipal además de los planos realizados a mano y por tanto únicos.

Aunque la oferta de Pérez de Rozas es más cara (120.000 reales frente a los 100.000

que fija Don Joaquín Giménez Delgado “Ingeniero Civil de Cuba, autor del plano de la Ciudad de La Habana” según su escrito) la Comisión Municipal y sobre todo el Arquitecto Provincial don José Marín Baldó (autor entre otras de la Casa Roda hoy de la Cruz Roja), se decantan por la oferta de Pérez de Rozas al que consideran más capacitado y desde luego mas científico y fiable que su oponente; además Joaquín Pérez de Rozas ya había levantado varios planos entre ellos el de Málaga del que aporta un ejemplar a escala 1/5.000 que se conserva en el A.M.A.

Copia limpia realizada mediante capas

Copia “limpia” realizada mediante capas, lo que nos permite tener una visión clara del conjunto de la ciudad de Almería y La Cañada según Pérez de Rozas. El plano a escala 1/1000 está compuesto por 17 hojas (16 para la ciudad y una con La Cañada) dibujadas manualmente y por tanto únicas, que son las que digitalizadas, comentadas y enlazadas con la cartografía actual, se recogen en este trabajo.

En conjunto se compone de una primera serie de16 hojas de 90 por 60 centímetros más los márgenes de 2,5 centímetros que comprende la ciudad de Almería a escala 1/1.000, mas una hoja para La Cañada signada con el numero 17.

Una segunda serie de 41 hojas numeradas de igual tamaño que la anterior recogiendo los ejes topográficos y plantas por sectores a escala 1/250 de la ciudad. La hoja numero 7 está perdida aunque sabemos su contenido por simple eliminación.

Una serie numerada de C-1 a C-4 con iguales características que la anterior recogiendo La Cañada de San Urbano “Barrio de Almería distante ocho kilómetros” según indica.

Un plano de conjunto a escala 1/5.000 en papel vegetal, por lo que suponemos que es una copia idéntica a las que posee la Biblioteca Nacional y el Ejercito. De este plano consta en la documentación que se entregaron 500 ejemplares grabados y la piedra original.

Se desconoce el paradero de otra serie a escala 1/250 con los perfiles verticales de todas las calles de la ciudad y diversas carpetas con apuntes, cálculos y esquemas.

EL “PEREZ DE ROZAS” DESPUÉS DE PEREZ DE ROZAS

El Perez de Rozas

Claro que ya existían planos de ciudades desde mucho antes que el capitán Pérez de Rozas plantara su teodolito junto a la farola del entonces único muelle de Almería, un espigón que ya hace años desapareció absorbido por la plataforma del martillo, hoy ocupada por naves industriales entre el puerto comercial y el pesquero. Desde luego que existían planos entre los que no faltan los de Almería, y algunos son verdaderas obras de arte. Lo que hace distinto al plano de Pérez de Rozas es que además de ser el primero levantado con método científico, retrata una ciudad justo en el periodo de transición entre el urbanismo de la era conventual y el burgués.

Pero el plano original que entregó el autor en 1866, y en concreto el de escala 1/1.000 cuyas 17 hojas son el motivo de este trabajo, no fueron conservadas intactas por el Ayuntamiento como un material de consulta, sino que se utilizaron al menos hasta finales del XIX como base sobre la que los técnicos municipales ( el arquitecto don Trinidad Cuartara y su equipo principalmente) fueron trazando desde proyectos de alineaciones parciales de fachadas a barrios completos, pasando por apertura de calles y correcciones de mayor o menor alcance.

Es fácil distinguir varios tipos de trazos en las hojas que ahora presentamos; la trama original que topografió Pérez de Rozas está dibujada en línea negra gruesa para la edificación cerrada y algo más fina para los solares y tapias; pero otros trazados aparecen a lápiz o tintas de diverso color (normalmente rojas) y siempre más delgadas que las originales delatando su incorporación posterior al plano.

Planos de Pérez de Rozas

Los planos de Pérez de Rozas contienen mas información de la que suponíamos y que va poco a poco desvelándose y en su momento publicaremos. Además de los proyectos urbanísticos que sobre él trazaron los técnicos, no menos interesantes son los dibujos, anotaciones y hasta las manchas que se fueron agregando accidental o conscientemente, como es el caso de este precioso boceto arquitectónico en el dorso de una hoja y que podría ser obra de Trinidad Cuartara o Enrique López Rull.

Un ejemplo claro de “incorporación de datos” a la base original (que es como hoy lo definiríamos) lo observamos en la mitad derecha de la hoja 11, que originalmente aparecía vacía ya que integraba la “Huerta de Orozco”, antiguas zonas de cultivo adquiridas por aquel conocido emprendedor para en su momento urbanizarlas.

Y el momento fueron los años inmediatos a la entrega del plano sobre el que el arquitecto municipal y sus delineantes detallan el plan de ensanche cuyo eje es la calle Reyes Católicos con su inexplicable quiebro, plan que años más tarde se modifica a su vez para construir el Mercado y su circunvalación cuyo trazado se incorpora al ya modificado plano.

Otras incorporaciones que convirtieron las hojas originales de esta serie y las de la escala 1/250 en interesantes palimpsestos, son los trazos y manchas, anotaciones, “cuentas” y dibujos de variada calidad, desde esquemas toscos a obras de arte que merecen ser catalogadas en si mismas como es el caso del precioso boceto de fachadas alineadas trazado a lápiz con evidente maestría al dorso de una hoja de la serie 1/250 sin duda por el mismo Trinidad Cuartara o Enrique López Rull.

Otro notable grafico al dorso de una hoja es nada menos que el esquema de urbanización con apertura de calles en el espacio ocupado por el entonces Cementerio de Belén.

LUGARES QUE PERMANECEN, OTROS DESAPARECIDOS Y OTROS QUE SE OCULTARON

Plano del solar

Pero hay “detalles” que se les escapan hasta a los expertos historiadores; por ejemplo el plano muestra un solar vacío donde aún se mantuvo en pié la Atarazana (hojas 10 y 11) hasta su derribo no menos de dos años y medio después de que Pérez de Rozas concluyera el trabajo, lo que delata una no inocente “desaparición por ausencia” que le invitamos a investigar.

El equipo de la Asociación de Amigos de la Alcazaba y el Departamento de Informática del I.E.S. “Celia Viñas” que hemos llevado a cabo las investigaciones y digitalizaciones de este y otros planos conservados en el A.M.A., se ha propuesto de forma decidida que esta primera divulgación en base digital sea eso, un trabajo divulgativo que sirva para acercarnos a lo que en principio parece algo árido, un “plano viejo” y la ciudad que en parte ha desaparecido y en parte es posible ir descubriéndola en la trama urbana actual y en las notables (y escasas) fachadas aún conservadas.

Habría sido fácil incorporar un catálogo de fichas y gráficos mostrando edificios y puntos de interés que pueden rastrearse en el plano, pero preferimos que sea el lector el que intente jugar a ser un “Indiana Jones urbano” sin levantarse del sillón; ya la forma en que se muestran las hojas que el lector puede superponer a su voluntad con transparencias de ortofoto y callejero actual, es un procedimiento que invita a la investigación cada uno a su propio ritmo e interés.

Por eso esto es solo una guía que prepara para el auténtico viaje en el tiempo sin salir de casa que es en definitiva lo que se pretende.

Ilustración de la ciudad

Piense en razones de “necesario ornato e ilustración para la ciudad” y en las suculentas ganancias generadas por la urbanización de esa zona ante la cual se había proyectado el puerto que no se preveía alcanzase más allá de la calle Real. O sea, hablamos del “centro” previsto antes de que el audaz don Ramón Orozco decidiera que la ciudad avanzaría hacia levante, abriendo en el solar de la muralla el primer tramo de “su” Paseo.

Hay publicaciones y hasta lugares en red en los que se puede profundizar en este y otros temas; por ejemplo, las Atarazanas, además de en la fotografía de Rodrigo contemporánea al plano de Pérez de Rozas, está minuciosamente recogida en un plano catastral levantado por el Ministerio de Hacienda en 1867, y el mismo Pérez de Rozas la “cuela” en una de las hojas de la colección de ejes topográficos a escala 1/250.

Otros lugares y elementos del plano han sido enmascarados por la misma ciudad para cuyo crecimiento se trazó; por ejemplo el viejo muelle en el que el cartógrafo situó la “línea base” entre las dos primeras estaciones topográficas junto a la romántica “farola del mar” que junto al muelle ya hace mucho que desapareció integrado todo ese espacio en la actual plataforma. Pero nos quedan fotografías y grabados que nos permiten comprender aquella Almería, como esta imagen del grabador Navarro de Vera en la que además

de la farola se distinguen las chimeneas que aún siguen en pié en Pescadería y las crestas montañosas que rodean las desembocaduras de la Chanca y el barranco de Greppi. Aunque el dibujo se hizo dos décadas más tarde que el plano, la Pescadería aún aparece como una zona poco habitada donde se instalaron varias fundiciones de plomo cuyas chimeneas sirvieron de referencias como vértices de triangulación.

Hay más cosas, hasta algunos baluartes como el de la Trinidad que de haberse conservado seria hoy uno de los más atractivos recuerdos de la ciudad amurallada (su “hermano gemelo” sigue asombrándonos formando parte del Castillo de Santa Ana de Roquetas). En cada hoja puede abrir un texto explicativo pulsando en el botón con forma de cuña, es un buen comienzo para quienes quieran investigar.

VOLVER